"Los políticos europeos no lo dicen literalmente, pero insinúan que los inmigrantes tienen la culpa de la crisis. Entonces, la gente común lee en los discursos políticos que hay desempleo porque hay mucha inmigración y así se convierte a los extranjeros que residen aquí en chivos expiatorios de la crisis económica." El que lo afirma es el español Lorenzo Cachón Rodríguez, doctor en sociología y especialista en inmigración de la Universidad Complutense de Madrid. Cachón Rodríguez cuenta que el panorama es conflictivo. "Proliferan las protestas y las huelgas, como las que hubo semanas atrás en el Reino Unido para rechazar la contratación de trabajadores de otros países de la Unión Europea. También los enfrentamientos sociales, como en España, contra los trabajadores extracomunitarios, a los que se les pide que vuelvan a sus países después de haber requerido su fuerza de trabajo durante más de una década", dice. En un extenso diálogo telefónico con La Nación, Cachón Rodríguez sostiene que es necesario oponerse "activamente" a los discursos xenófobos. "La realidad es que hay desempleo porque hay una crisis económica. España tenía una industria de la construcción absolutamente sobredimensionada y esto no se ocasionó porque hubiera muchos inmigrantes..." La recesión económica que está viviendo Europa afecta a los inmigrantes económica y socialmente "de modo muy duro", dice el sociólogo. Por primera vez desde 1994, el desempleo aumentó en toda Europa. "Muchos inmigrantes que han llegado a España desde 2000 con voluntad de asentarse y de integrarse se hipotecaron fuertemente para comprar una vivienda y ahora muchos no van a poder afrontar esas hipotecas." Asesor e investigador de la Organización Internacional del Trabajo y la Unión Europea en asuntos relacionados con la migración, Cachón Rodríguez busca soluciones al racismo y la exclusión que viven los extranjeros en España desde la presidencia del Foro para la Integración de los Inmigrantes. -¿Cree que los discursos políticos que criminalizan al inmigrante son los responsables de la ola de xenofobia y el racismo que crece en Europa? -Sí, yo soy de esa opinión. Hay discursos de fracciones de extrema derecha que son directamente xenófobos. Luego, hay discursos que en sí mismos pueden no ser calificados de racistas, pero que son percibidos, leídos y escuchados por la opinión publica de tal manera que siembran realmente la xenofobia. Es en la ambigüedad donde se siembran estas posiciones discriminatorias. -¿Por qué esa ambigüedad? ¿Los políticos en Europa tienen miedo de hablar francamente sobre gestión migratoria? -En Europa, hay temor de hablar de la inmigración, porque, electoralmente, el tema no vende bien. Por ejemplo, en el primer debate de la última campaña presidencial de España, el candidato opositor Mariano Rajoy le preguntó a José Luis Rodríguez Zapatero por qué cuando llegó al poder había en el país sólo un millón de inmigrantes legales y ahora había tres millones. El presidente no fue capaz de responder a esto; se quedó callado. Sin embargo, la respuesta que le tenía que dar era estupenda: "¿Ve lo bien que lo hemos hecho? Tenemos más recursos para seguridad social". -¿La inmigración, como fenómeno social, es más positiva para unos que para otros? -Para un colectivo social, la inmigración no es competencia, pero para los sectores europeos más necesitados, sí lo es. Si hay 200 becas escolares en un pueblo, porque hay 200 niños que las necesitan, hasta ahí todo funciona muy bien. Pero si llega más gente que requiere becas y la respuesta de las instituciones no es aumentarlas, algunos que tenían becas se van a quedar sin ellas. Entonces, habrá gente que diga que esto ocurre porque llegan inmigrantes. Claro, ocurre porque hay inmigrantes, pero la culpa no la tienen ellos, que pagan sus impuestos, sino las instituciones, que no han dado una respuesta a esta nueva situación. -La Unión Europea endureció su política inmigratoria con la llamada Directiva del Retorno. ¿Cree que la crisis va a llevar a cerrar aún más las fronteras? -Es difícil endurecer aún más las políticas europeas. No creo que la crisis vaya a tener mucha incidencia, pero sí va a tener incidencia en la opinión pública, porque ahora puede haber discursos que culpabilicen al inmigrante. -Una de las primeras medidas que tomó la UE cuando se desató la crisis fue aprobar el llamado Pacto por la Inmigración y el Asilo, que consagra el principio de la selección de los inmigrantes. ¿No cree que la medida es discriminatoria? -No, creo que los países de recepción deben organizar la migración en términos de las necesidades de trabajo. Pero no podemos reparar sólo en nuestras necesidades de trabajo. Por ejemplo, en Europa hay mucha necesidad en el sistema sanitario. Sin embargo, ¿cómo vamos a traer médicos de Bolivia o de la Argentina, que los necesitan tanto o más que nosotros? -Zygmunt Bauman, en su libro El archipiélago de excepciones , dice que las normas de selección de la Unión Europea están basadas en criterios económicos y que éstos convierten en selectivos los derechos sociales y los derechos humanos. -No compartiría del todo esta crítica. Yo acepto que haya una selección económica y que se pueda gestionar bien en términos democráticos si, y sólo si, los inmigrantes tienen todos los derechos civiles, sociales, económicos y culturales, idénticos a los autóctonos. -¿El crecimiento sostenido que tuvo Europa en los últimos años hubiera sido posible sin la mano de obra extranjera? -En la inmensa mayoría, la inmigración ha tenido un efecto positivo y muy importante sobre el crecimiento económico y el bienestar de la sociedad europea. Es curioso: a mediados de 2007 los datos de la desocupación de España fueron los más bajos de la historia, por debajo del 8 por ciento, y eso ha sido en el máximo momento de impacto de la migración. O sea: nunca hubo tan pocos españoles desempleados como cuando hubo tantísimos extranjeros trabajando aquí. -¿Falta, entonces, una adaptación de la sociedad y de las instituciones al fenómeno migratorio y a la multiculturalidad? -Sí, pero yo empezaría por las instituciones, que son las que tienen el gran desafío de adaptarse a la realidad, y continuaría con los políticos y sus discursos. Si ellos cumplen esta función, todo se desarrollará mejor. La sociedad se ha adaptado bastante bien. En España se están integrando los inmigrantes de un modo aceptable y razonable. Hemos pasado en los últimos 8 años de tener medio millón de inmigrantes a tener, ahora, cerca de 5 millones de extranjeros viviendo en España. Esto representa el 11 por ciento de la población del país. La Nación, 18-02-09
Los inmigrantes y la UE
Los ministros del Interior de la Unión Europea aprobaron ayer una directiva sobre repatriación de inmigrantes irregulares, en la que se establece que desde el momento en que ésta se ponga en vigor los inmigrantes tendrán derecho a dejar el país de forma voluntaria durante un plazo de entre siete y treinta días. Si no lo hacen en ese tiempo, los Estados miembros retendrán a los inmigrantes en centros durante seis meses, pudiendo llegar hasta los 18 en el caso de aquellos que no cooperen, esto es, si no se logra identificar la nacionalidad del afectado o su nación de origen obstaculiza el regreso.
También establece que cuando una persona en situación irregular es expulsada, no podrá entrar en territorio comunitario durante los próximos cinco años. La ley todavía no está aprobada. La fase final se celebrara el próximo 18 de junio, pero todo apunta a que dentro de poco será una realidad, ya que cuenta con el apoyo de la mayoría de los países miembros. Sin lugar a dudas es una ley muy polémica y como no podía ser de otra manera, las reacciones de los implicados no se han hecho esperar. Horas después de conocerse la postura de los ministros, asociaciones de inmigrantes salieron a la calle para denunciar esta nueva legislación, ya que les parece "racista y xenófoba". Los inmigrantes aseguran que les han utilizado como trabajadores, y ahora como la crisis económica aprieta “ya no les quieren”. Los inmigrantes también dijeron que “por mucho que suban las murallas europeas” y mientras que se mantenga la situación de pobreza en muchas naciones, ellos seguirán llegando a los países ricos. El Gobierno por su parte, dice que es una medida necesaria para evitar que en cada país se haga lo que se quiera en materia de inmigración. El PP coincide y cree que es el camino adecuado para tener un mayor control de las fronteras. Parece que es una de las pocos asuntos en los que tanto el PSOE como el PP y la mayoría de los países miembros están de acuerdo. Lo cierto es que en los últimos meses estamos asistiendo a un endurecimiento de todas las medidas inmigratorias por parte de los gobiernos pero … ¿estamos ante la solución?
http://www.youtube.com/watch?v=3bTXwOPRwjs&feature=related
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